viernes, 5 de junio de 2009

Mis rincones del Rocío.


Me espera vestida.
Como una novia. Con sus ropas blancas. Con sus telas recogidas por aquí, y sus tres volantes por allá. Con unos encajes que terminan de darle categoría y una pintura que le da el toque final de belleza.
Así está de nuevo mi carreta.
Y además este año, está en la puerta de mi casa. Este año, he sido yo el que la ha vestido. El que la ha recibido, la ha adornado, la ha pintado y el que le ha va a dar los últimos toques de costura. Con la inestimable ayuda de mi familia.
Porque vestir una carreta, entraña su arte y hay que tener ese pellizco de sensibilidad andaluza que solo la tierra da. Que la tierra da, pero la tradición acomoda, porque no es igual una carreta de Gines, que una de Huelva o de Triana.
En Gines, las carretas, bendita tradición que se niega a desaparecer, se cuida y se lleva desde cada familia o grupo. Cada una tiene unos colores característicos de siempre. La nuestra, es azul y amarilla, que son los colores de “Semilla Rociera”, desde que se creara allá en 1984, al amparo de la ilusión de unos chavales que rondaban los quince años de edad. Hoy después de haber cumplido nuestras bodas de plata, en semilla rociera, seguimos apostando por la tradición. Por mantener el espíritu vivo de esta Hermandad, que recibe al que se acerca y le abre su puerta. Que ofrece una copa de vino sin preguntar de donde viene, con el único ánimo de compartir y demostrar cual es el sentido del Rocío en Gines. En semilla rociera, luchamos a nuestra manera, para que los que vienen aprendiendo, reciban esa herencia no escrita de fe y amor infinitos a Nuestra Bendita Madre, y aprendan a pregonarlo con su forma de ser.
Por eso, este año también está siendo especial para mi. Porque el santo y seña del estilo de Gines, que se convierte en carreta llegada la Romeria, esta en la puerta de mi casa. Ha llegado silenciosa, sin hacer aspavientos, sin llamar la atención. Ha llegado estropeada, con necesidad de cariño y de cuidados, y desde el primer día los ha recibido.
Porque me he sentido orgulloso de hacerme cargo de ella este año. Porque ya para siempre tendre en mi pecho esa medalla invisible. Ese mérito que en Gines, vive en cada casa y en cada familia, y se hereda de unos a otros. Uno de los días de Novena, Novena que en Gines se escribe con mayúsculas, me decía el miembro de una familia de las que para el Rocío tienen la solera por los cuatro costaos, que a ellos, les gusta empezar la carreta desde abajo, como siempre, y hasta los estaqueros los cambiaban cada año.
Los estaqueros, son a la carreta como los varales a un palio, y sobre ellos se afianzan los arcos que darán la forma a las sábanas que la vistan más tarde. Los estaqueros, los arcos y los listones que unen los arcos entre si, son su esqueleto y le dan la misma elegancia que tiene una mujer vestida de flamenca. Las telas ceñidas al cuerpo; el talle estrecho y coqueto se ensancha con la altura; los andares hacen que se contonee con gracia, los volantes le dan arte; las pinturas tapan defectos y las flores de color le rematan la belleza y la distinguen.
Pues así está mi carreta. Vestida, guapa, única y orgullosa de ir a pregonar amor y estilo, porque eso ha recibido en su preparación y a falta de las flores que se ponen el último día, está esperando que la llevemos a mano los doscientos metros que la separan de la frontera del pueblo, para que el martes por la mañana, los pacientes bueyes que a paso lento la llevaran a las plantas de la Virgen del Rocío, sean uncidos por primera vez este 2009.
A pesar del exilio de metros sufridos en su preparación, no le ha faltado ni el cariño, ni la letra de sevillana de Gines silbada, porque “…me ha visto llegar del trabajo con los ojos rendidos y me puesto a arreglar mi carreta pa el Rocío…”
Ya sólo pulsearla con el cariño de los que la utilizaremos nueve días para gritarle a la Virgen que la queremos y para hacerlo como lleva Gines haciendo noventa años: con la alegría de una carreta.
(de mis rincones del Rocío)
Juan Mari

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Sé que ha sido una experiencia bonita para tí, de lo que me alegro, porque conociéndote también sé que has disfrutado mucho. Solo hay que pedir salud para el año que viene, que Dios dirá compañero.

Anónimo dijo...

¡¡¡que bonito primo!!!

agustin dijo...

las cosas,cuando se hacen con ilusion y sentimiento,salen mucho mejor.Gracias primo

er juani dijo...

me gusta el artículo negro,güeeno(morenito de la gloria)mantrao un repeluco que no es por el frío,porque que calo miarma.enhoragüena pa to la semilla rociera.